La literatura es un espejo en el que podemos mirarnos, pero sólo encontraremos allí lo que hay dentro de nosotros mismos

 

Es un universo construido con la materia prima llamada Lenguaje. Es la representación del mundo pero con una aspiración de belleza porque brinda la posibilidad de desencadenar una emoción  estética, ante la contemplación de lo que asombra o lo que se nos revela por primera vez. El texto literario es portador de contenidos que recoge del mundo y entrega a quien lo lee o escucha, evocando estos contenidos en su memoria.

Florencia (2013), nos dice al respecto “la literatura es uno de los formatos comunicacionales y difusores de cultura y conocimientos más antiguo y efectivo de la historia”. Es de tal importancia en la vida de los sujetos que en muchos momentos de la historia, la literatura ha sido censurada, los libros llevados a la hoguera, porque cuando leemos, despertamos a la vida, se nos agudiza el pensamiento, la capacidad reflexiva y en ese sentido somos menos propensos a ser engañados. De allí el planteamiento de la autora, al afirmar  “numerosos líderes políticos van a contramano de la alfabetización y educación general, para tener un pueblo sumido a sus engaños”.

 

¿Para qué sirve la literatura?

  • Para cultivar la sensibilidad, afinar el sentimiento y la emoción
  • Para desarrollar la intuición; nos enseña a interpretar la realidad con más profundidad.
  • Sirve para conocer el mundo, nos hace más cultos.
  • Ayuda a trascender la mirada superficial de la rutina, del que cree que todo lo sabe porque conoce el nombre de las cosas, cuando en verdad no conoce la cosa en realidad.
  • Enriquece el vocabulario. El repertorio de palabras aumenta, hay mayor dominio de la lengua para crear y en su capacidad de expresarse, esto nos permite decir lo que queremos de la mejor manera, de acuerdo al momento, al contexto, la intención y el deseo.
  • Nos hace más creativos, libres y menos expuestos a que otros nos manipulen

Cuando leemos o escuchamos un cuento, un poema, una novela o cualquier otro género literario con una intención recreativa, trascendemos la inmediatez y nos sumergimos en mundos y vidas añoradas, acompañamos a los personajes en sus andanzas sin vivir en carne propia las consecuencias de los riesgos que ellos toman, aunque les sigamos en sus aventuras. Es el placer, el puro placer, la experiencia de participar, vincularse, expresarse, crear y deshacer, transformar y transformarse, de manera distinta  a las formales y previsibles.

La obra literaria actúa sobre lo inaudito, lo inesperado, porque es el espacio para la libertad, para el encuentro con otros mundos, es el  lugar de lo posible. Se abre el juego con la palabra sin la tensión extrema del  “deber ser.” El lector acompaña a su  personaje  en sus angustias y sus hazañas. Se sumerge en un mundo fuera de  etiquetas, clasificaciones, jerarquías, lugares fijos propios del pensamiento lógico y racional, de la exigencia y competencia del mundo productivo.

 

La literatura tiene el poder de transformar la realidad cotidiana

La obra literaria le ofrece al lector la posibilidad de activar sus fantasías inconscientes. En Personajes psicopáticos en el teatro, Freud explica como la obra literaria ayuda a liberar los propios afectos, por el alivio que significa la libre descarga y por la exaltación del nivel psíquico. La obra nos captura y nos mantiene en suspenso valiéndose de artificios, con el propósito de prepararnos para una placentera liberación; en ella, lo real o fantástico,  lo explícito o digno de interpretación emerge como en el sueño lo hace  el texto del inconsciente. Lo importante es saber que al terminar de leer un libro se cierra para continuar emprendiendo las tareas de la realidad, pero más preparados para enfrentarnos con la vida.

 

Debemos tener presente que la literatura es estética, no está  hecha para enseñar gramática, valores, etc. Sin embargo, todo esto se encuentra en ella aunque no esté dicho de manera directa. Un buen texto literario es una referencia de buena escritura, de estructura adecuada y cohesión de ideas o relatos, en tal sentido, un buen lector tendrá las referencias convenientes de cómo se escribe al momento de hacerlo, su memoria evocará la forma apropiada de escribir una palabra, de construir una idea, porque ha leído libros que le han contado historias con sentido, y a la vez le han mostrado una  buena escritura.  Así es como se forman los buenos lectores y escritores.

 

Florencia (01/05/2013).Ucha. URL: https://www.importancia.org/literatura.php

 

Freud, Sigmund (1996). Obras completas. Tomo II. Personajes psicopáticos en el teatro. Editorial Biblioteca nueva. Madrid

 

Gallego D, Flor (2014). Promoción de la lectura y escritura desde la agenda escolar. Educere 2014, 18 (61) Enlace: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35639776012

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